Pros de Votar por un Tercer Partido
Después del desorden que siguió dentro de los partidos Republicano y Demócrata este verano pasado, votantes estadounidenses han tenido que reconsiderar sus posturas en preparación para una de las elecciones más claves de la historia estadounidense. El 28 de junio, los dos candidatos líderes, el presidente actual Joe Biden y el expresidente Donald Trump, cambiaron reproches acerbos en el debate presidencial televisivo en vivo. Los candidatos obstinados y el debate tenso dejaron a críticos y audiencias en shock e hizo muchos creer que ninguno de los dos candidatos son cualificados para liderar la nación por un multitud de razones: la vejez, antecedentes penales, incapacidad para aliviar la crisis económica entre otras. Además, la rivalidad entre los dos candidatos exageró las divisiones entre los dos partidos políticas y el tejido social de la país. Algunos estadounidenses se encontraron totalmente listos para abandonar a los partidos y votar por un candidato independiente.
Si el debate entre Trump y Biden no era suficiente razón para hacer a los estadounidenses cuestionar sus simpatías por sí mismos, el 21 de julio, el presidente Biden anunció su retirada formal de la elección, subsecuentemente declarando su apoyo inequívoca para vicepresidenta Kamala Harris como la nominación de reemplaza. El abrupto cambio de poder dentro del Partido Demócrata dejó a muchos políticos y votantes sintiéndose nerviosos e inseguros al oír la noticia. Ahora, con más desazón e incertidumbre que nunca, votar por un tercer partido o candidatos es una oportunidad valiosa para votantes para cambiar el curso de estas elecciones próximas que no se debería dar por sentado.
Hay dos candidatos liderando las elecciones respecto a las políticas independientes, el más popular siendo Robert F. Kennedy Jr., el sobrino del legado americano John F. Kennedy Jr., que es un anti-vaxxer abierto y proponente de reconstruir la sociedad estadounidense. El siguiente candidato independiente más popular es Cornel West, que basa su plataforma en priorizando los trabajadores y obreros por medio de proveyendo el cuidado de los niños gratuita y un salario mínimo de $27 por hora para todos. Aquellos candidatos ofrecen esperanza a muchos mediante basando sus campañas en representando las exigencias del pueblo estadounidense a menudo pasados por altos, una calidad que muchos votantes creen faltando en los candidatos Demócrata y Republiano influidos más por sus donantes dominantes y no los voces del pueblo estadounidense. Es más, con suficiente apoyo, los terceros partidos y candidatos independientes podrían llegar a ser una opción más confiable en las elecciones por venir, trascendiendo los límites creados por los partidos dominantes actuales que dividen el país.
La votación a favor de los terceros partidos independientes no solamente podía usarse para empoderar los líderes nuevos y emergentes que representan el pueblo, sino que también como una forma de avanzar un ‘rebelión de los votantes’ para desviar votos de los partidos Republicano y Demócrata. Según la Associated Press, la candidata de izquierda del Green Party Jill Stein ganó votos de un grupo de electores en las elecciones de 2016, afectando en última instancia los resultados de las elecciones. Esta estrategia podría ser implementada en las elecciones de 2024.
Aunque algunos puedan creer que un voto para un independiente es inutil o igual a desperdiciar su voto, el pueblo estadounidense, con suficientes votos, tienen la chanza de alterar las elecciones para mejor por medio de potencialmente traer más opciones y libertad de elección más que los partidos Republicano y Demócrata al frente de las políticas estadounidenses. Con toda certeza, la creación de un tercer partido resistente no se puede suceder de la noche a la mañana porque requiere el valor de todos los electores a unirse y utilizar una táctica que inclina la balanza en contra de los dos partidos dominantes. Sin embargo, lo que sí podemos decidir ahora mismo es si los Estados Unidos se unirán a la causa.
Contras de Votar por un Tercer Partido
A medida que se acercan las elecciones de 2024, se vuelve progresivamente más claro para una gran parte del pueblo estadounidense que ninguno de los candidatos son satisfactorios.
Si hubieran tenido la opción, el 53% de votantes registrados reemplazarían ambos presidente Joe Biden y expresidente Donald Trump en la boleta, según un estudio realizado en julio por el Pew Research Center. Si la nuevamente nominada candidata demócrata Kamala Harris debe ser visto como una continuación de las políticas de los últimos cuatro años, para los cuales era vicepresidenta, lo más probable es que el resentimiento que sienten los votantes por Biden se han convertido a sentimientos escepticismo y reticencia hacia vicepresidenta Harris. No es ninguna sorpresa, entonces, que, según datos del departamento de investigación de Statista, más del 40% de los votantes estadounidenses están abiertos a considerar votar a favor de un candidato independiente. A pesar de que sus quejas son válidas, aquel curso de acción en última instancia sólo sirve para beneficiar a la extrema derecha mediante entregando la presidencia a sus manos en lugar de crear progreso genuino y perdurable.
Desde hace casi ya dos siglos, las políticas estadounidenses han sido dominadas por dos partidos principales. A pesar de que si han cambiado estos dos partidos particulares durante los años, ha sido consistentemente y virtualmente imposible para los terceros partidos ganar algún tipo de tracción; ningún candidato no afiliado con uno de los dos partidos dominantes ha ganado jamás la presidencia. Hace casi dos décadas que un candidato de un tercer partido recibió incluso más que cinco por ciento de los votos totales, el último siendo Ross Perot del partido centrista Partido de la Reforma de los Estados Unidos con 8.4% del voto en 1996 según Britannica. Simplemente, la posibilidad de un candidato aparte de Kamala Harris o Donald Trump ganando la elección es casi nula.
La mayoría de los votantes izquierdistas están hartos de votar por el menor de los dos males, pero no hay ninguna otra opción viable. Bajo el sistema estadounidense actual, votar por un tercer partido aún tiene el mismo efecto que no votar. En una elección tan pública y polémica como la de este año, la realidad del voto independiente puede tener implicaciones catastróficas para los cuatro años que entran.
Harris no es una candidata perfecta. Aunque sí reconoce la crisis humanitaria en Gaza, sigue apoyando al genicidio conducido por Israel al ser parte de la administración Biden-Harris mandando weapons que suman a billones de dólares al estado apartheid y difamando públicamente a los manifestantes antiguerra como simpatizantes de Hamas y Trump. Ella falla especificar sus posiciones sobre la asistencia médica universal o desfinanciando la policía, alejándose de cualquier posición o política remotamente progresista al primer indicio de resistencia. Sin embargo, ella es mucha mejor que Trump, que, además de declarar que deportara a los manifestantes propalestina universitarios, se ha comprometido promulgar unas de las políticas más distópicas imaginables respecto a los derechos LGBTQ+, los abortos y especialmente la guerra en Gaza. Tampoco olvidemos que usó ‘Palestino’ como insulto en su debate con Biden.
Trump además tiene el apoyo de una organización de extrema derecha muy influyente: the Heritage Foundation. Es más conocido por Project 2025, su plan de 900 páginas para eliminar derechos innumerables del pueblo estadounidense dentro de un mes de que un republicano tome la oficina presidencial. Desde desmantelar el sistema escolar público hasta una prohibición nacional de atención de afirmación de género, Project 2025 es uno de los documentos más preocupantes que han salido de la derecha americana últimamente. Aunque las posiciones declaradas de Harris, más bien la falta de ellas, la realidad es que ella no planea transformar la vida a un verdadero infierno para los grupos marginalizados en el momento que asume el poder.
Esto no es para decir que nunca deberías votar para un candidato de tercer partido. Las elecciones locales ocurren con más frecuencia que las elecciones presidenciales, y con un base de votantes más pequeña, hay más probabilidad que salga elegido un candidato que verdaderamente representa sus opiniones. Dicho eso, en elegir la persona más poderosa de la nación, no se puede arriesgar eligiendo un hombre que considera la democracia como prioridad subordinada a su propio odio. Si usted tendrá 18 años este próximo noviembre, le urjo votar a favor de Harris. No se puede arriesgar mandar un dictador a la Casa Blanca solo porque la candidata demócrata no era suficientemente progresista.